¿Por qué los ricos no usan el metro de Ciudad de México?


Más allá de las razones económicas, en México el sector más privilegiado de la sociedad rehúsa viajar en el metro porque temen a la inseguridad, las rutas por donde transitan y, sobre todo, a la gente que viaja en él.



Es un lunes cualquiera a las 7 de la mañana en la estación del metro Balderas de Ciudad de México (CDMX). Una de las paradas más concurridas para oficinistas, estudiantes o amas de casa que necesiten trasladarse hacia cualquier punto de la capital metropolitana.
Para poder subir hay que tener agallas e ingenio para colarte en los diminutos espacios que hay entre las personas, pero sobre todo paciencia. Mucha paciencia. Podrán pasar uno, dos o quizá cinco o seis trenes del metro de la CDMX, y es posible que no logres subir. Percibes tu reloj o la pantalla de tu teléfono móvil y marcan las 7:40 de la mañana. Vas tarde a tu destino.
Hay muchos ciudadanos que lo consideran un gran medio de transporte, lo cierto es que es un cuadro más surrealista que las obras de Salvador Dalí. Personas que se acuestan sobre una cama de vidrios, magos, payasos, malabaristas, trovadores urbanos, vendedores de discos clonados, hasta individuos que declaman poemas o gritan consignas políticas. Todo esto se vive en un día común y corriente en el metro de la capital mexicana. La informalidad es parte de la normalidad, y para vivirla solo necesitas cinco pesos mexicanos.
"Me robaron en el metro"
Juan Carlos tiene 38 años y es gerente de proyectos de mercadotecnia de un banco nacional mexicano. Para llegar a su trabajo tiene que viajar en Uber –una aplicación móvil de transporte privado– desde el municipio de Naucalpan, en el estado de México, hacia una de las zonas más acaudaladas del país, la colonia Polanco, en la delegación Miguel Hidalgo. 
"Prefiero gastar 300 pesos diarios en transporte privado, que arriesgarme a viajar en el Metro. En una ocasión, no pude entrar por la cantidad de gente que había en la estación, y cuando por fin lo logré, me percaté que habían robado mi teléfono celular que llevaba en el bolsillo. Lo denuncié pero las autoridades no me han resuelto nada. En verdad no sé cómo lo hacen, pero hay gente que a eso se dedica, a 'bolsear' a las personas en este transporte", explica.
De acuerdo con cifras oficiales del metro, en 2016 se registraron dos robos durante el mes de diciembre en las casi 200 estaciones que tiene el Sistema de Transporte Colectivo. Esta cifra es muy baja si se compara con la cantidad de personas que usan este medio, alrededor de 5,3 millones de personas al día y con los 6 millones de personas que viajan a diario en el Metro de Nueva York, de las cuales siete son víctimas de delincuencia.
"No conozco bien las rutas"
Mariela está trabajando en un Starbucks de la colonia Roma, cerca de la zona centro de la CDMX. Ella tiene casi 40 años y cuenta con su propia incubadora de negocios, ubicada por la misma área. Para llegar a su empleo, solo tiene que caminar unas cuantas calles porque vive muy cerca de sus oficinas. Casi nunca usa el metro, pero las veces que lo ocupa, tiene que preguntar las rutas de los trenes porque se pierde constantemente.
"En alguna ocasión recuerdo que tenía que ir al World Trade Center, al sur de la CDMX. Como llevaba prisa, se me hizo fácil meterme a la estación Chilpancingo y terminé en la estación Pantitlán, una zona poco agradable y llena de camiones y vendedores ambulantes. Afortunadamente no me pasó nada ni tuve que lidiar con empujones o alguna clase de amenaza personal. Sin embargo, no me gusta el metro porque huele feo y las mujeres son muy agresivas cuando intentan subir o bajar del tren", lamenta.
Durante su horario de servicio, el metro de la CDMX cuenta con dos vagones destinados exclusivamente para mujeres. Algunos hombres que han intentado viajar en los dos primeros vagones han sido remitidos a la Secretaría de Seguridad Pública de la capital (SSP) y han tenido que pagar una infracción menor de 200 pesos o hasta 25 horas de arresto. Normalmente, los capitalinos optan por la primera opción.
"En el metro hay mafiosos por todos lados"
Jean-Pierre tiene 25 años y asiste a una de las escuelas más prestigiosas y costosas al poniente de la capital. Normalmente se desplaza en el carro que le compraron sus padres, un Chevrolet Camaro de color negro. "Es como el de la película de Transformers, pero con más clase", dice. En alguna ocasión tuvo que desplazarse en el Metro y se dio cuenta de que "en el metro hay mafiosos por todos lados".
"No me preguntes cómo llegué al metro, el punto es que al entrar y salir de las entrañas de este monstruo, me percaté que hay todo tipo de gente que vende cosas robadas, desde piratería hasta artículos usados e, incluso, marcas de cigarrillos que nadie conoce. ¿Quién regula a los comerciantes del Metro? Es una mafia. Por eso no avanzamos como país, porque todo lo hacemos de manera ilegal", afirma.
A principios de este mes, la SSP emprendió el Operativo Subterráneo que busca inhibir la proliferación de vendedores ambulantes en las inmediaciones del metro. Cerca de 600 policías fueron distribuidos en algunas estaciones para combatir la ilegalidad y el ambulantaje en una de las zonas más concurridas de la CDMX. El objetivo, aseguró la dependencia de seguridad, es brindar tranquilidad a los pasajeros.

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