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Un inventor chino afirma que millones de personas con abanicos grandes serían capaces de combatir esa densa niebla mezclada con humo y partículas en suspensión de la capital china. Pekín es conocida, entre otras cosas, por el alto nivel de contaminación del aire. Allí la polución excede diariamente los límites de seguridad impuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés). En ese sentido, según publica  China Daily , Du Honglai, un residente de la capital, ha tramitado una solicitud de patente a la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual de China (SIPO) con el fin de solucionar el problema del esmog en Pekín. Sin embargo, su propuesta ha provocado mucha discusión. Su plan contempla congregar a 15 millones de personas provistas de grandes abanicos y que los sacudan al mismo tiempo apuntando en la misma dirección para erradicar así el aire contaminado. "Este método es barato, efectivo y no provoca polución secundaria", comentó

El chino y el español son las lenguas con más hablantes nativos del planeta, pero casi todas las sociedades deben usar el inglés por el auge político y económico de EE.UU. Para obtener un buen empleo, entablar prósperas relaciones comerciales o establecer comunicaciones con personas que viven en países remotos, hablar inglés es un requisito casi obligatorio. ¿Esto siempre fue así? ¿Acaso alguna vez nos detuvimos a pensar en esta dominación de poder lingüístico y cultural? Los números que motivan estas preguntas son reveladores: la consultora  Ethnologue  publicó en 2013 que la  lengua con más hablantes  nativos en aquel momento era  el chino , utilizada por 1.284 millones de personas y primer idioma en 37 países.  Luego seguía el español , con 437 millones de parlantes nativos en 31 países. El inglés aparecía en el tercer puesto  —372 millones de personas lo usaban como primera lengua en 106 naciones—, mientras que el cuarto lugar lo ocupaba el árabe, hablado en 57 paí