Descubre cuál es tu nivel de adicción al teléfono celular


El celular se volvió una extensión de la persona. La sensación de que algo falta cuando el smartphone está apoyado en la mesada de la cocina cuando uno está en el cuarto, o la necesidad de sacarlo del bolsillo y “scrollear” sin ningún motivo aparente por el feed de distintas redes sociales pasó de ser un hábito a transformarse en una obsesión.



Es cierto, el celular es hoy una herramienta imprescindible de ocio y de trabajo. Nos entretiene, nos conecta, nos mantiene informados y nos permite explorar el mundo desde una pantalla portátil. Compartimos lo que pensamos en un instante, y tenemos acceso a más información (y desinformación) de la que necesitaremos jamás.

Pero, ¿qué ocurre cuando la relación que uno tiene con su smartphone afecta directamente las relaciones sociales, la conexión con el otro? ¿Y cuando se dedica más tiempo al mundo virtual que a la familia o a los amigos?

Lo ideal sería alcanzar el “phone-life balance”, un equilibrio justo entre el uso del smartphone y la vida personal.  Es por eso que Motorola se propuso, mediante un estudio global, conocer este impacto. La investigación se realizó en colaboración con la doctora Nancy Etcoff, una reconocida experta en la conducta Mente-Cerebro y Ciencia de la Felicidad de la Universidad de Harvard.

El estudio, publicado por la empresa de investigación independiente Ipsos, analiza los comportamientos y hábitos de uso del teléfono en diferentes generaciones para comprender el impacto de los smartphones en nuestras relaciones con uno mismo, con los demás y con el entorno físico y social.

“Para la mayoría de los usuarios de teléfonos inteligentes, los comportamientos problemáticos consisten en respuestas inconscientes y malos hábitos que requieren de ayuda para superarlos”, aseguró Etcoff. “Los pequeños cambios de conducta, el control del entorno y la atención plena son herramientas útiles para este propósito, al igual que los esfuerzos que realizan las empresas de la industria de los smartphones. El amplio patrón social que revela esta encuesta llevada a cabo en varios países señala la necesidad del entendimiento y accionar colectivo”.

En este análisis se deja en evidencia que muchos usuarios anteponen el uso del teléfono móvil a las relaciones con sus seres queridos. Los resultados que más preocupan se encuentran en las generaciones más jóvenes que han crecido en un mundo digital. También revelan que los usuarios admiten la necesidad de alcanzar un equilibrio en ese aspecto y piden ayuda.

Los datos son realmente impactantes. El 33% de los encuestados da prioridad a su smartphone sobre la interacción con sus seres queridos y el tiempo que pasan con ellos. Sin embargo, los trastornos relacionados con los celulares son más habituales entre las generaciones más jóvenes. El 53% de los encuestados de la Generación Z considera que su smartphone es su mejor amigo.

Hay tres grandes comportamientos problemáticos relacionados con los smartphones que afectan nuestras relaciones con los demás y con uno mismo:

-Revisión compulsiva: 49% reconoce que revisa su teléfono móvil con más frecuencia de la deseada (casi 6 de cada 10 tanto en la Generación Z como en los millennials) y 44% admite que no puede evitar revisar constantemente su smartphone.

-Tiempo excesivo dedicado al teléfono móvil: 35% admite que dedica demasiado tiempo a su smartphone y 44% cree que sería más feliz si usara menos su teléfono.

-Sobredependencia emocional: 65% admite que siente “pánico” al pensar que han perdido su smartphone (casi 3 de cada 4 en la Generación Z y los Millennials). 29% coincide en que cuando no está utilizando su teléfono, está “pensando en usarlo o pensando en la próxima vez que podré usarlo”.

Pero no todo está perdido. La mayoría de los usuarios saben que su relación con su smartphone no es sana; quieren encontrar un equilibrio entre su vida personal y el uso del teléfono móvil. De hecho, el 61% de los encuestados dice que quiere sacar el mayor provecho de su teléfono cuando lo está utilizando, pero cuando no lo está haciendo, solicita ayuda para lograr desconectarse, y el 60% afirma que es importante tener una vida propia al margen de sus teléfonos.

La compañía que financió el estudio publicó un test de 10 preguntas que determina cuál es el nivel de adicción al celular.

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