¿Cuánto pueden medir los colmillos de un elefante?
Los elefantes conocidos como 'super tuskers' poseen
larguísimos colmillos. Tanto, que prácticamente alcanzan el suelo. Hoy
sobreviven menos de treinta.
En enero de 2017, los guardias del Parque Nacional de Tsavo, en Kenia, encontraron el cadáver de Satao II. Este elefante africano de unos cincuenta años era uno de los últimos super tuskers, una denominación que se da a los ejemplares provistos de inmensos colmillos. En algunos casos, estos rondan los dos metros de largo e incluso rozan el suelo. Los de Satao II pesaban unos 50 kilos.
En la actualidad, quedan menos de treinta de estos gigantes,
la mayoría de ellos en la citada zona de conservación de Tsavo. Eso sí, su
localización exacta no se difunde, porque son presas irresistibles para los
furtivos. De hecho, a pesar de la vigilancia, Satao II fue abatido con una flecha
envenenada. Su cadáver fue encontrado antes de que los cazadores pudieran
apoderarse de su marfil. Por esta misma causa, cada año mueren entre 20.000 y
30.000 elefantes en África, según las cifras que maneja el Fondo Mundial para
la Naturaleza.
Su mayor enemigo
Los elefantes pueden utilizar sus colmillos para defenderse.
En este sentido, son intimidantes, pero, en realidad, es el propio tamaña de
estos mamíferos, los más grandes entre los animales terrestres en la actualidad
–pueden medir hasta cuatro metros de altura y pesar siete toneladas–, lo que
les de protección contra potenciales depredadores. Aun así, el grupo familiar debe
prestar una constante atención a las crías, pues, de otra forma, no podrían
sobrevivir. En el agua, donde pasan mucho tiempo, son presa fácil para los
cocodrilos, aunque su mayor amenaza son los leones.
Especialistas en acosar a las manadas en busca de animales
jóvenes, enfermos o debilitados, estos felinos han desarrollado una depurada
técnica de caza que les permite capturar a estos proboscídeos. Según los
estudios llevados a cabo en el Parque Nacional de Chobe (Botsuana) por el
conservacionista Dereck Joubert, un afamado experto en la realización de
documentales de naturaleza, siguen una estrategia muy similar a la que utilizan
para cazar búfalos. En primer lugar, corren hacia la manada desde varias
direcciones y dispersan a los animales para separar a la posible presa. Cuando
lo consiguen, la rodean e intentan tumbarla. Una vez en el suelo, esta tiene
pocas probabilidades de sobrevivir al ataque.
Los ejemplares jóvenes que se mueven en la periferia del
grupo son los más vulnerables. Además, según observó Joubert, el comportamiento
de la manada varía si es una hembra o un macho. En este último caso, aunque
todo ocurra a menos de cincuenta metros de los demás elefantes, los adultos no
suelen intervenir. Las crías más pequeñas, bajo vigilancia constante de sus
madres, son más difíciles de cazar.
Navaja suiza natural
Los elefantes también emplean sus colmillos para desbrozar
ramas y troncos y desplazarlos. Sin embargo, la herramienta más versátil de
estos animales es la trompa. Esta funciona como si se tratara de una navaja
suiza: sirve para respirar, oler, tocar, agarrar, comer, beber e incluso jugar.
Es el resultado de una fusión entre el labio superior y la nariz, y sus más de
40.000 músculos –el cuerpo humano cuenta con unos 650– le confieren una enorme
flexibilidad y una gran fuerza, pues puede levantar hasta 350 kilos.
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