¿Pueden los tropiezos verbales revelar nuestros deseos ocultos?
Al día una persona puede llegar a cometer cerca de 22 errores al hablar. Conocidos como lapsus línguae o desliz freudiano, ¿ocurren estos errores sin querer o esconden un mensaje?
En muchas ocasiones mientras nos expresamos de manera verbal podemos llegar a pronunciar palabras fuera de contexto de manera no intencionada. Al respecto, un artículo de la BBC pone al descubierto si tales tropiezos verbales podrían revelar verdades y deseos reprimidos o son simplemente "problemas técnicos" de nuestro cerebro.
El padre del psicoanálisis, Sigmud Freud, sostiene que los verdaderos sentimientos u opiniones de una persona solo pueden ser examinados prestando atención a tales errores. Así, este fenómeno, conocido como lapsus línguae o desliz freudiano, podría revelar deseos sexuales e impulsos ocultos bloqueados dentro del subconsciente.
Basándose en tales afirmaciones, psicólogos de la Universidad de California (EE.UU.) publicaron uno de los primeros estudios sobre la cuestión en 'Journal of Speech laguage and Hearing Research'. Durante las investigaciones, varios participantes (todos hombres heterosexuales) fueron divididos en tres grupos, uno de los cuales contó con una atractiva asistente vestida de manera provocadora. En este contexto, se le pidió a cada uno leer pares de palabras parecidas fonéticamente de manera muy veloz, a fin de incitar al error en su pronunciación. Paralelamente, a los miembros del tercer grupo les colocaron electrodos en los dedos y se les advirtió que con cada error cometido, recibirían una descarga eléctrica (lo cual era mentira).
Tal como Freud lo predijo, los individuos en presencia de la mujer cometieron más errores asociados al sexo que los del grupo de control, mientras que las equivocaciones de aquellos conectados a los electrodos reflejaron su miedo y preocupación a ser electrocutados.
No obstante, otros psicólogos como Daniel Wegner señalan que el problema puede tener otra raíz, sugiriendo que el propio sistema cerebral que evita que cometamos esos fallos es el responsable de que estos ocurran en cualquier momento cuando se produce un pensamiento relativo a esos deseos. Por su parte, el psicolingüista Rob Hartsuiker considera que se trata de errores inocentes resultado de la manera en que el cerebro accede a las palabras que presentan similitudes.
Aunque una persona promedio puede llegar a cometer cerca de 22 lapsus línguae al día, otros estudios apuntan a que las probabilidades suelen incrementarse por factores como la ansiedad, el cansancio, la edad y el dominio del idioma. En cualquier caso, son indicadores de una situación inconsciente que puede revelar más de lo que se cree. "Son materia de chistes, pero son muy valiosos puesto que exaltan algo que la persona no quiere revelar conscientemente", asevera la psicoanalista Rosine Perelberg.
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